El entorno

El entorno. Mar, bosque, roca, cielo


La historia de la humanidad tiene un largo recorrido. Comienza en las arboledas, pasa por las cuevas y, posteriormente, se asienta en cabañas y en pequeños poblados hasta llegar a la ciudad, lugar en el cual muchas personas decidieron aposentarse para vivir. La ciudad es el lugar de los grandes acontecimientos y manifestaciones, el sitio donde la humanidad ha evolucionado y progresado. Para hacerlo, ha sido necesario destruir y malograr todo un mundo que nos había acompañado a lo largo de miles de años. La naturaleza ha sido la gran damnificada. La hemos expulsado de la ciudad, y este hecho ha convertido nuestras ciudades en un paraje prácticamente mineral: cemento y asfalto. La naturaleza transformada en una reminiscencia del pasado, en un rastro de lo que fue.

El punto de partida de este proyecto es buscar los restos de la naturaleza y su lenguaje que aún perviven en la ciudad, y darles visibilidad. Tratar a la naturaleza con la relevancia que merece. Así pues, tomo como referente los cuatro elementos y los represento metafóricamente con imágenes de mar, bosque, rocas y cielo. 

He encontrado las imágenes de dos maneras diferentes: en el caso del mar y el cielo, mientras yo estoy plantado en un lugar, las imágenes, que transitan, se conforman ante mí. En cuanto al bosque y a las rocas, quien transita buscando las imágenes soy yo, hasta encontrarlas donde me esperan plantadas en la tierra y ya conformadas. El proyecto oscila entre la mirada pasiva (la que espera) y la mirada activa (la que busca). 

Por medio de las fotografías fragmento un conjunto, lo aíslo y enfatizo los detalles y las texturas. Posteriormente, las estampo sobre papel previamente bruñido con pan de oro auténtico que, simbólicamente, ilumina la naturaleza, la realza, la hace venerable y casi la sacraliza.

Con estas imágenes, tan encendidas y repletas, me vienen al pensamiento una serie de preguntas para tratar de entenderlas. ¿Tiene sentimientos el mar? Y la roca, ¿tiene consciencia? ¿El cielo tiene alma? Y el bosque, ¿tiene sensibilidad?


Barcelona, 2016-2018





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