Ciudad
Con la intención de buscar la relación entre naturaleza y artificio, este trabajo lo he hecho en diferentes lugares de una gran ciudad, aislando la naturaleza para mostrar su singularidad en un entorno hostil como es el urbano, donde el árbol ha tenido que adaptarse al entorno que le hemos impuesto.
La ciudad y los árboles representan un debate entre la identidad humana y lo natural, entre el anhelo de control y la identificación de formar parte de un ecosistema mayor. La presencia del árbol en la ciudad le confiere un aura que relaciona el pasado con el presente y nos invita a hacer una pausa, a contemplar y abrir espacios para imaginar una convivencia armónica con ellos.
A la hora de realizar el trabajo presté atención a las ramas, esa parte del árbol que son sus brazos, las extremidades con las que dibuja sus líneas y hace sus composiciones. Las ramas son trazos de energía que se doblan, estiran y conectan, siguiendo un ritmo que es tanto orgánico como cósmico. Existe un diálogo entre ellas: con su flexibilidad y movimiento conforman una narrativa, unas redes complejas muy expresivas, siempre siguiendo unos patrones específicos de crecimiento. En los trazados que realizan las ramas hay unas compañeras que dan sentido al árbol: las hojas. Con su conexión mantienen un vínculo de subsistencia, por lo que son mutualistas. Las ramas simbolizan el crecimiento estructural, la forma que da soporte y dirección, mientras que las hojas encarnan el florecimiento de esta estructura, la manifestación visible del crecimiento.
Barcelona, 2013-2015